En consonancia con los principios que guían su actividad, Fundación Unicaja dedica buena parte de su esfuerzo a estimular el tejido productivo de su área de influencia, promocionando la cultura emprendedora y favoreciendo el trasvase de la tecnología I+D+i y de la industria de la innovación a proyectos orientados hacia una economía de futuro de base local y sostenible. Un propósito que hace que la acción, planteada en sintonía con las administraciones públicas y las instituciones académicas, comprenda multitud de campos, incluida la generación de conocimiento, la digitalización de la pequeña y mediana empresa y el respaldo a la industrialización.

La búsqueda de nuevos yacimientos de empleo, así como el aumento de la competitividad a través del aprovechamiento racional de los recursos, tradiciones y fortalezas propias, es otra de las metas a las que se dirige la labor de la entidad, que tiene muy en cuenta la capacidad de cada proyecto a la hora de reportar crecimiento y bienestar. Una máxima que está detrás del funcionamiento de Fundalogy, sociedad impulsada al cien por cien por Fundación Unicaja al objeto de amparar iniciativas de naturaleza tecnológica vinculadas al progreso y al beneficio social. 

La superación de los desequilibrios económicos, junto a la erradicación de la pobreza y de la exclusión, ha representado tradicionalmente una de las grandes inquietudes de la Fundación Unicaja, que, prácticamente desde sus orígenes históricos, localizados en los montes de piedad, ha sabido articular mecanismos de compensación y habilitar líneas de financiación y de obtención de fondos accesibles para aquellos que lo precisan. Uno de los activos más estables con los que cuenta la entidad, en cuanto a provisión material de recursos, es su red de Montes de Piedad (Monte Activo), que cuenta con sedes permanentes en Málaga, Jaén, Almería y Cádiz, y que recientemente actualizó su funcionamiento con el objetivo de potenciar el acceso de  sus beneficiarios al sistema de pignoración de bienes cedidos en depósito.