La ópera francesa regresa a la Temporada Lírica del Teatro Cervantes de Málaga, patrocinada por Fundación Unicaja, con una de las obras maestras de Jules Massenet, Werther, que no se representaba aquí desde hace más de treinta años. El tenor jerezano Ismael Jordi, uno de los solistas más queridos por el público malagueño, es el encargado de dar vida al melancólico poeta que da nombre a la ópera, mientras que la mezzosoprano tunecina-canadiense Rihab Chaieb, cantante de brillante carrera internacional, encarna a su amada Charlotte y Alfonso Mujica y Aitana Sanz debutan en el escenario malagueño como Albert y Sophie el viernes 28 y el domingo 30 de noviembre.
En el acto de presentación ha participado la responsable de Artes Escénicas de la Fundación Unicaja, Gema Domínguez; el director del Teatro Cervantes y gerente de Málaga Procultura, Juan Antonio Vigar, los dos maestros, Paul-Émile Fourny y Audrey Saint-Gil, y los dos solistas principales, Ismael Jordi y Rihab Chaieb. Además de la Orquesta Filarmónica de Málaga participa en esta producción la escolanía Pueri Cantores Málaga, dirigida por Antonio del Pino, en una muestra más de la apuesta de la Temporada Lírica por la conjunción entre el talento local y lo mejor de la escena internacional. Esta producción musical del Cervantes cuenta con la batuta de Audrey Saint-Gil y con montaje escénico de la Opéra-Théâtre de l’Eurométropole de Metz (Francia) comandado por Paul-Émile Fourny,
El ciclo operístico malagueño continuará con otras dos grandes obras del repertorio, La verbena de la Paloma, de Tomás Bretón, en febrero y marzo de 2026 en una producción del madrileño Teatro de la Zarzuela, y La fille du régiment, de Gaetano Donizetti, en mayo.
Sinopsis
Werther narra la historia de un triángulo amoroso; la de un amor imposible, desesperado y trágico. El joven poeta Werther se enamora de Charlotte, que debe casarse, por deseo de su difunta madre, con Albert, con quien ya está prometida. Aunque Charlotte se siente atraída por Werther, decide ignorar sus sentimientos y cumplir con su compromiso, mientras que él se hunde cada vez más a causa de su inexorable deseo de estar con ella. Su tristeza y frustración llegan al punto de no soportar la realidad de tener que vivir sin su amor y decide quitarse la vida. Mientras yace moribundo, Charlotte lo sostiene entre sus brazos y le confiesa que lo ama. Werther, feliz al oír sus palabras, muere en paz.






























































