Rocío Ignacio, Jorge de León, Olesya Petrova y Carlos Álvarez encabezan el elenco de la Aida que llega este fin de semana al Teatro Cervantes de Málaga, una versión que descansa en la espectacular escenografía que Franco Zeffirelli ideó para el centenario de Giuseppe Verdi en 2001. Vivien Hewitt firma la nueva dirección escénica del montaje y el maestro Óliver Díaz dirigirá desde el foso a los solistas y a los profesores de la Orquesta Filarmónica de Málaga en la lectura de la efusiva pero también honda y emocional partitura del compositor de Busseto, una obra ambientada en un contexto épico pero que en esencia trata de las desventuras del amor. Aida se escenificará los próximos viernes 7 y domingo 9 de marzo en el marco de la 36 Temporada Lírica malagueña, ciclo patrocinado por la Fundación Unicaja.
El montaje de Aida, una producción musical del Teatro Cervantes y escénica de la Associazione Musicale Suoni del Sud, edizione Busseto, ha sido presentada esta mañana por sus directores de escena y musical, Hewitt y Díaz respectivamente, en una rueda de prensa en la que ha participado la responsable de Artes Escénicas de la Fundación Unicaja, Gema Domínguez; la concejala de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Málaga, Mariana Pineda; el director del Teatro Cervantes y gerente de Málaga Procultura, Juan Antonio Vigar y los cuatro solistas principales, Ignacio, De León, Petrova y Álvarez.
Junto a Rocío Ignacio (rol de Aida), Jorge de León (Radamés), Olesya Petrova (Amneris) y Carlos Álvarez (Amonasro) intervienen en la producción Rubén Amoretti (Ramfis), Luis López (rey de Egipto), Laura Orueta (sacerdotisa) y Francisco Arbós (mensajero), voces a las que acompañarán en escena los miembros del Coro Titular del Teatro Cervantes de Málaga–Intermezzo, que en esta ocasión dirigirá Pablo Moras.
El intimista y a la vez impactante diseño escenográfico que Zeffirelli preparó para Busseto en 2001 con motivo del centenario del fallecimiento del compositor italiano es una referencia en las adaptaciones de Aida, fastuosa ópera cuya últimas representaciones en la Temporada Lírica malagueña datan de 2019, en el 30º ciclo. El director de cine y productor de ópera y teatro florentino se inspiró para ello en el mundo arqueológico del ‘Gran Belzoni’, Ippolito Rossellini y Auguste Mariette, tres egiptólogos del siglo XIX que contribuyeron a conformar la idea exótica, mágica y suntuosa de Egipto en la que se basó Verdi para escribir la ópera y supervisar el libreto y la puesta en escena. En Málaga, la puesta en escena de Hewitt contará con vestuario original de Ana Anni, el diseño de iluminación de Gianni Mirenda y la coreografía de la granadina afincada en Málaga Zaida Ballesteros, que a su vez participa como solista y dirige un cuerpo de baile de otras cuatro bailarinas.
Las funciones estarán precedidas por un diálogo del director musical de la obra, Óliver Díaz, con el público el jueves 6 de febrero a las 18.30 en el Salón Rossini del Cervantes. La entrada para esta actividad organizada por la Asociación Amiga de la Ópera de Málaga e incluida en su programa de charlas ‘Antes del estreno’ es libre hasta completar el aforo de 50 plazas del Rossini.
La ópera espectacular por excelencia
Aida es la ópera espectacular por excelencia y el título más representado en la Arena de Verona, con sus famosas 13.000 localidades, pero también es una de las obras más íntimas de Verdi. La trama tiene lugar en un contexto épico para lo que, en esencia, es una aciaga historia de amor. Aida es una princesa etíope que fue capturada y llevada a Egipto como esclava. Radamés es un comandante militar egipcio leal al Faraón. A este amor se oponen por un lado Amneris, la hija del Faraón que también ama a Radamés, y por otro, Amonasro, el padre de Aida y rey del pueblo vencido, que exige venganza. Acusado de traición, Radamés es sepultado vivo y Aida se introduce en su tumba para morir junto a él. En Aida afloran los temas recurrentes del repertorio del compositor de Busseto: el triángulo amoroso, el trasfondo político y social, la prepotencia de los dictadores, la humillación de los oprimidos, los sentimientos paterno-filiales, los celos, los amores prohibidos, la traición, la soledad y la muerte. En lo musical, tal acumulación de conflictos se traduce en una partitura de una inusitada riqueza que combina lo espectacular y épico con momentos de delicadeza y recogimiento.