SALA 08

Paisaje; (sin fechar)

Óleo sobre tela, 27×46 cm.

Este paisaje, un puerto, podría encuadrarse en la última producción de Peinado, los años setenta. Las edificaciones portuarias son reducidas a nítidos volúmenes en los que el color, sin gradaciones, ocupa los planos con una delicadeza propia de la acuarela. La composición se equilibra con la inclusión de un cuerpo oscuro a la derecha, disminuyendo el peso d las construcciones de la izquierda. El color, primando los tonos claros y fríos, maximiza la luminosidad, convirtiendo lo que podría haber sido una vista industrial y opresiva en un lírico remanso de paz.

Árboles; 1961

Óleo sobre tela, 73×92 cm.

Joaquín Peinado tuvo en la naturaleza un modelo de representación que le hizo llenar de cuadernos enteros, especialmente los bosques y arboledas, como los que muestra esta tela. Lo lineal y dibujístico de los troncos contrasta con el fondo construido a partir de campos de color. Esta vegetación se articula sin dibujo y se hace patente mediante una abstracción que linda con lo puramente geométrico.

Collioure; 1965

Óleo sobre tela, 39×69 cm.

El pueblo costero de Collioure, residencia de algunos exiliados españoles como Antonio Machado, en cuyo homenaje de 1961 participa Peinado, es plasmado por el pintor con un halo de lirismo, merced a la simplificación, con una paleta limitada y una gama tonal baja. El caserío se halla sintetizado mediante volúmenes cúbicos de la línea de costa y de la parte superior, regidos por trazos, mientras que el núcleo esta coloreado con suavidad, destacando manchas de color de forma cubica que no dependen del dibujo. Esta perspectiva permite al pintor representar a Collioure emergiendo del agua y nivelar el grueso de casas con la construcción vertical de la derecha, reflejada en la levedad del agua.

Naturaleza muerta ante ventana; 1965

Óleo sobre lienzo, 45 x 60 cm.

Bodegón; 1966

Óleo sobre tela, 33×41 cm.

Luminosos y armónicos, los bodegones realizados por Peinado a partir de mediados de los sesenta optan, en contraposición a los llevados a cabo en etapas anteriores, por una mayor nitidez formal y una paleta de colores protagonizada por amarillos, naranjas, ocres, blancos y grises extraídos de la tradición francesa. Bodegones que, reduciendo el número de objetos, optan por mostrarnos, de un modo más perceptible, la diferenciación entre planos estructurales y cromáticos. Lienzos de limpias atmosferas y menor carga geométrica en los que la lírica plástica, nacida de tonalidades sutiles y rimadas y composiciones armónicas, se impone a la cualidad conceptual y abstracta de la forma.

Paisaje Provenza; 1967

Óleo sobre tela, 45,5×61 cm.

Nos encontramos ante una obra poco usual en Peinado. Hacia 1967 la paleta del pintor se había esencializado, incluso, la preparación del soporte ganaba en importancia al copar el blanco del lienzo, o de la capa de imprimación, preponderando sobre el color. Por otro lado es inusual la vista del mar sobre la montaña; más bien, como lo atestigua la serie de marinas, la mirada al mar es más cercana, codificada con dicho género, suele ser tomada al mismo nivel. Destaca en cuanto a colorido la intensidad del azul creando isomórficamente una masa en la que se distingue el cielo del mar por los trazos negros, así como un pincel algo más cargado de lo habitual.

Marina; 1967

Óleo sobre tela, 45,5×61 cm.

En estas marinas, la línea del horizonte se halla elevada en la composición, permitiendo al pintor la inclusión de un mayor número de colores en la parte terrestre. Como es significativo de estos años y aquí apreciamos, el pincel escasamente cargado otorga una transparencia y fluidez que proporciona visos de acuarela.

Bahía de San Francisco 1972

Óleo sobre tela, 73,5×92 cm.

Optando por una perspectiva frontal, que mantendría en la versión de 1972, Peinado dibuja en mayor medida los volúmenes cúbicos del caserío – ejercicio por otra parte muy cubista – que se ven potenciados a su vez por un mayor uso en su variedad del color permitiéndoles adquirir cuerpo y volumetría. Dibujo y color, como viene siendo habitual en esta época, mínimos o esenciales, pero aun así, mucho más “trabajado” que la obra de 1972, ejemplo de la “esencialización de lo esencial”.

Bodegón; 1972

Óleo sobre tela, 46×55 cm.

En estos últimos bodegones existe un contraste entre el fondo y los objetos y la mesa que los soporta. En los años 50, bajo pocos colores en diferentes tonalidades, se ejecutaba la obra; mientras, en los años 70 se usa un mayor número de colores permitiendo valorar con más dependencia y en una atmósfera más clara los distintos planos y objetos.

Bahía de San Francisco 1972

Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm.

Golfo de Sajonia; 1973

Óleo sobre tela, 46×55 cm.

La gama cromática que Peinado emplea en sus marinas tiene en los colores fríos su principal base. Los azules, violetas, grises y el masivo empleo del blanco, a veces jugando con la capa de imprimación, unidos a la ejecución sin empastes y a un coloreado sutil, confieren a esta obra una serenidad y calma menoscabada quizá por las rocas en primer plano.

Visitas guiadas a la colección permamente

Las visitas, llevadas a cabo por personal especializado del museo, se realizarán previa cita una vez conformados grupos de más de 10 personas.
Solicitar plazas en el teléfono 952 87 15 85.

El precio de la visita guiada, no incluido en el de acceso al museo, es de 1€ adicional por persona.

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